Desde tiempos remotos hombres y mujeres se han unido formando pareja para dar origen a la familia gracias a la capacidad fecunda dada por su naturaleza, el matrimonio entonces surge muchos años después como una institución jurídica que le da certeza a dicha unión en aras de proteger la descendencia que de ella emana.
El derecho positivo afirma que hombres y mujeres somos iguales ante la ley sin ninguna distinción y que todas las personas gozamos de las mismas garantías individuales por el hecho de ser humanos, sin embargo no podemos perder de vista que aunque somos iguales ante la ley, también somos diferentes, y es justo por estas diferencias que nos complementamos para poder engendrar nueva vida.
Para quienes afirman que el matrimonio es un derecho humano, habría que decirles que no lo es como tal, los hombres y las mujeres tenemos el derecho de elegir libremente a la persona que deseamos amar, tenemos el derecho de una familia porque desde que nacemos tenemos un papá y una mamá, tenemos el derecho a la salud, a la educación, a la libertad de expresión, etc. pero la figura del matrimonio esta en los códigos civiles o familiares como un contrato que uno elige para darle seguridad jurídica a la familia.
De hecho en la declaración de Derechos Humanos se alude a las únicas dos formas de ser humano: hombre y mujer; y cuando se refiere al matrimonio lo hace en los términos de que al casarse uno funda una familia, lo demás es una deducción lógica, pues si sucede que la pareja es infértil le queda el recurso de hacer los trámites de adopción para convertirse en el papá y mamá de un niño huérfano porque sin que exista el derecho de adoptar sí existe el derecho de ser adoptado porque el niño perdió a su familia y la familia sí es un derecho humano.
La capacidad de contraer matrimonio es libre para cualquier hombre y mujer, lo que condiciona esta figura jurídica es ser de distinto sexo y es lógico para que se pueda cumplir la misión de formar una familia, digamos que son las reglas que le hacen ser una cosa y no otra.
Muchas instituciones tienen reglas y uno las cumple sin sentirse discriminado por ellas toda vez que uno la elije o no por ceñirse a sus reglas o no; usando un ejemplo análogo lo mismo se puede decir de cuando para conducir se requiere una licencia y negársela a una persona invidente no lo discrimina, la regla para conducir es portar licencia, la regla para el matrimonio es ser de distinto sexo.
Que hoy día estemos presenciando una obra de reingeniería social a cargo de una minoría que pretende rediseñar todas las estructuras en dónde la sociedad tiene sus cimientos, es una cosa muy diferente.
Pretender una obra de tal magnitud sustentada en que la realidad muestra que hoy hay muchas parejas del mismo sexo que están criando hijos, es como decirle al mundo que hoy tener un padre y una madre es opcional y aceptarlo anularía la filiación objetiva para que empiece a ser subjetiva.El estado protegerá la familia y las personas del mismo sexo no son discriminadas por no poder contraer matrimonio, su unión no tiene ningún bien jurídico que sea tutelable por esta institución, las relaciones distintas se tratan de forma distinta, en otros estados ya hay figuras que les otorgan la protección jurídica y social que necesitan.