Mañana celebramos el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, un año más en el que se visibiliza la problemática que enfrentan las personas que sufren de alguna discapacidad con el afán de sensibilizarnos sobre las cuestiones que hay que atender para ir cerrando la brecha que nos separa de la inclusión plena a la que deben de tener acceso.
Se calcula que un diez por ciento de la población mundial vive con alguna discapacidad y esta cifra se dispara al doble en los países en desarrollo especialmente entre la población menos favorecida que presenta numerosas carencias como la alimenticia, el acceso a la educación o el empleo.
La Organización de Naciones Unidas se ha propuesto trabajar en este tema reforzando a su vez los marcos normativos internacionales cuyo fin será que las personas que viven alguna discapacidad mejoren su calidad de vida y la de su comunidad.
Como un instrumento eficaz, la ONU hace eco de la implementación de la rehabilitación basada en la comunidad (RBC) que ya se aplica en por lo menos 90 países con estrategias encaminadas a reducir la pobreza, promover la igualdad de oportunidades y lograr una mayor participación de las personas con discapacidad en los diversos ámbitos de la sociedad.
¿Cómo lo pueden lograr? Desarrollando guías con un enfoque flexible, dinámico y adaptable a las diversas condiciones culturales y socioeconómicas de cada país o a sus sistemas políticos logrando que de esta forma trascienda el empoderamiento de las personas y de sus familias para conseguir medios de subsistencia, participación activa en la comunidad y la inclusión tan solicitada.
En dicha rehabilitación comunitaria todos los actores son importantes: la persona en sí, su familia, las organizaciones civiles y gubernamentales en pro del desarrollo aplicando como ruta de acción la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad que permita alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio e integrando componentes de salud, de educación, de subsistencia, de fortalecimiento y del sector social.
Dichas guías abarcan un público extenso, pues se dirigen específicamente a administradores de la rehabilitación, a trabajadores de atención primaria de la salud, maestros de escuela, trabajadores sociales y de desarrollo comunal, organizaciones que atienden personas con discapacidad, grupos de autoayuda, funcionarios de gobierno, investigadores y académicos entre otros y los interesados en primer lugar la persona con discapacidad y sus familiares.
Sin duda hay que escuchar a los expertos, quienes conociendo los mejores avances en inclusión se articulan con organizaciones y gobierno para hacerlos realidad en sus países.
Los padres de familia son quienes nos ponen día a día el ejemplo de lo que es posible hacer por mejorar la calidad de vida de sus hijos.
Una discapacidad puede ser la mejor oportunidad para crecer, para superar obstáculos, ser creativos y empáticos.
Una discapacidad es lo que ha movido a miles de personas a ayudar a otros, ha convertido en héroes a papás y mamás que por sus hijos lo dan todo, una discapacidad ha sido la oportunidad para potenciar las capacidades de los demás demostrando que la bondad y la generosidad todavía son posibles.