Las argumentaciones del Ministro ponente Juan Luis González Alcántara Carrancá en el proyecto acerca del amparo en revisión 636/2019 dejan mucho que desear en la SCJN.
Integrante de la Primera Sala, en unión de otros cuatro magistrados tendrán la importante tarea de discutir y resolver el futuro de los mexicanos; así como se lee, en manos de 5 magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación está el futuro de nuestro país.
Aunque para algunos pueda sonar un tanto exagerado, en un sentido totalmente práctico es a lo que equivale, ya que el ministro González defiende en su proyecto que el aborto se debe de legalizar pues según él se discrimina a la mujer de no tener acceso a este procedimiento.
Por increíble que parezca, llega a esta conclusión con un grave error en la normativa jurídica, una incongruencia total que nos dice de alguna manera “no se puede, pero yo quiero” ya que utilizando lo que se conoce como “soft law” es decir recurriendo a materia que no es vinculante para el Estado Mexicano pretende hacer parecer que lo es para mandatar al Poder Legislativo de Veracruz a que cambie sus leyes en el sentido que el estima conveniente.
Nos gustaría dejar muy en claro que en nuestro país existe la división de poderes y se debe respeto a la soberanía de cada estado, con lo cual el Poder Judicial no es quien legisla, el Poder Legislativo es quien lo hace y su poder reside en la representación que del pueblo que lo eligió emana.
En Veracruz como en otros 20 estados -incluido Yucatán- se cuenta con la protección a la vida desde la fecundación y hasta la muerte natural en las Constituciones locales; de aprobarse el proyecto de dicho ministro, se pondría en riesgo el primer derecho que todos tenemos para gozar de los demás: el respeto a la vida y además quedarían muy mal parados en la Corte pues no se estarían respetando Tratados que si son vinculantes y que después de las reformas del 2011 equivalen a nuestra Constitución como lo es el Pacto de San José o Convención Americana de Derechos Humanos cuyo artículo 4º es enfático en cuanto al respeto a la vida humana desde la concepción.
La argumentación del citado magistrado más bien se basa en una formación ideológica y no jurídica, lo cual es preocupante.
El tema de la discriminación es sutil y sujeta a amplia manipulación. Podríamos preguntar ¿Y no es mayor discriminación negarle la vida a un ser humano que se encuentra en gestación? Da igual si es hombre o mujer, a ninguna persona se le debe de discriminar y nuestra Constitución ya lo dice claramente “ni por edad, origen étnico, condición social, condición de salud, estado civil, discapacidad… o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”
¿Qué es el aborto sino la mayor de las injusticias para un ser vivo? No importa que le pongan mil disfraces, la verdad no se oculta. No existe “interrupción” del embarazo lo que existe es la cancelación de una vida, la muerte de un bebé. Y aunque en algún estado lo hayan convertido en legal, no deja de ser injusto y carente de toda ética.
Hacemos un llamado a los Ministros a que reconsideren sus posturas, el futuro de México esta en sus manos y queremos seguir confiando en la SCJN.