La autoestima es un factor que se va consolidando en los seres humanos desde la más tierna infancia en el seno familiar y que se refuerza en todos los ámbitos de convivencia que tiene un sujeto.
También puede ocurrir que en dichos ámbitos lejos de consolidar una autoestima sana ésta se pueda ver afectada con el “destrozo” de la personalidad; cuando ello ocurre se ha visto que se asocian a la persona cuadros de depresión, trastornos alimenticios, ansiedad o fobias entre otras situaciones delicadas.
El mejor gimnasio para una persona resulta ser su propia familia, allí la valoración que se tiene de cada miembro es importante sea para bien o lo contrario pues las “etiquetas”, las comparaciones, los sentimientos de rechazo y las creencias limitantes van socavando la autoestima del sujeto.
Los típicos indicadores de que algo no anda bien son ser pesimistas, indecisos, hipersensibles a la crítica, aislarnos, juzgarnos con severidad, ser complacientes con los demás y temer decir lo que pensamos.
Por el contrario cuando una persona cuenta con una autoestima sana, ello le ayuda a superar las dificultades, a fundamentar la responsabilidad, a incentivar la creatividad, a determinar la autonomía personal y a permitir en su vida relaciones saludables, con estas y otras acciones se va propiciando el desarrollo del equilibro emocional cuyo fruto inmediato es tener respuestas emocionales adecuadas a las situaciones que se viven a diario.
¿Cómo podemos lograrlo? Tania Báez, coaching transformacional certificada en neuroliderazgo nos propone 10 actitudes clave que permitirán conocernos mejor, propiciar la cooperación antes que la competencia y obtener un mayor equilibrio emocional.
1.- ¿Para qué somos buenos? Apreciaremos nuestros talentos.
2.- Cada uno es único, así que evitemos las comparaciones
3.- Aprendamos a poner límites. Para poder mantener la sanidad emocional hay que alejarnos de las personas tóxicas.
4.- Evitemos la autocompasión. Tomemos la responsabilidad en las acciones que hemos elegido, estamos en donde estamos porque lo hemos permitido.
5.- No dependamos de la aprobación de otros, ni permitamos que alguien mas tome control de nuestra vida.
6.- Liberarnos de la necesidad de tener…. el control, la razón, el afán de sobresalir, etc. No es posible tener el control de todo.
7.- Seamos optimistas. Así lo que digamos será nuestra inspiración para cumplir lo que anhelamos.
8.- Soltemos las culpas, el tiempo que nos regalamos nos vuelve más productivos, no nos sintamos culpables por disfrutar pequeñas cosas que merecemos.
9.- Conectemos con los demás. Seamos empáticos con quienes nos rodean, formemos alianzas, juntos podemos más.
10.- Creemos una red de apoyo. El apoyo espiritual es muy poderoso, las personas que estén en ella serán quienes nos acompañen en los momentos especiales.